Don Pollo

Con Don Pollo me puse al mando como en un servicio de viernes por la noche: firme, enfocado y con pasión. Aplicamos un food styling que pone en escena la frescura y nobleza del pollo dominicano: cortes limpios, empaque impecable y un entorno que huele a cocina real. Desde la dirección creativa, emplatamos una estética que mezcla orden, sabor y confianza. Y en el contenido comercial, capturamos ese instante justo antes de cocinar, cuando todo está listo y el apetito empieza a hablar.

Un producto tan presente en nuestras mesas merecía el respeto visual que solo se le da a un clásico de cocina. Y lo tuvo, os lo digo yo, como quien ha servido cientos de veces y aún se emociona con un buen producto.